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Alimentos

19 de octubre de 2020

Coco

La demanda de coco y de sus productos derivados va en aumento, ya que cada vez son más los beneficios que se obtienen y las numerosas recetas que se pueden realizar.

El lugar originario del coco se pierde en el tiempo, ya que no se conoce ninguna población espontánea de esta planta. Por un lado, científicos creen que su origen se encuentra en el Pacifico Sur, en el área de Papua Nueva Guinea. Otros expertos en el tema afirman que la evidencia recopilada a través de la historia indica al archipiélago indio como el lugar de su origen.

Según la Real Academia de la Lengua Española, el coco recibe tal nombre; que en portugués significa “cara de mono”, debido a que la cáscara del coco al tener tres agujeros semeja una cabeza con sus respectivos ojos y una boca. Se estima que fueron los españoles y portugueses en el siglo XVI quienes lo denominaron así.

La fruta es redonda, por dentro su carne es blanca (esta recibe el nombre de copra), aceitosa y fibrosa. En su exterior, su cascara es dura, peluda y de color marrón. Cuando el coco aún se encuentra tierno, también contiene un líquido lechoso.

Alrededor del 70% de la producción mundial de esta fruta, nos lleva hasta lugares pequeños de cultivos familiares en tres países, estos son: Indonesia, las Filipinas y la India.

La demanda de coco cada vez aumenta más, se estima que a un ritmo de más del 10% anualmente, y lamentablemente, la demanda supera a la oferta y los productores no pueden seguirle el ritmo al auge de este producto. Una de las grandes causas es que los cocoteros se avejentan y cada vez es menos su producción.

Por otro lado, existen más de 1.300 tipos de cocos, muchos de ellos desconocidos en muchos lugares, otros muy peculiares como lo son el coco de mar, originario de Seychelles.

Para hacer más fácil la clasificación de los cocos, esta se dividió en tres, gigantes, enanos e híbridos. En el coco gigante se encuentra una gran cantidad de copra, la cual es necesaria para obtener el famoso aceite de coco.

Los cocos enanos, no poseen agua abundante y su copra es de baja calidad, pero el sabor del agua es muy agradable y este es el tipo de coco primordial en la producción de bebidas envasadas.

Los híbridos, una combinación de los anteriores, dan como resultado un producto de alta calidad, un buen sabor y abundante copra.

A esta fruta se le llama “un tesoro nutricional” ya que se considera que de pocas frutas se pueden sacar tantos productos con tan alto valor nutricional y beneficios para la salud.

Del coco se puede beber el agua de su interior, se puede comer su pulpa fresca y también se puede obtener aceite, leche, manteca e incluso harina. Posee propiedades antioxidantes, capacidad para regular la presión sanguínea, además de ser rico en fibras y minerales como potasio, fósforo, hierro, magnesio y vitaminas E, C y B.

Un consumo ocasional y que sea en cantidades moderadas, se recomienda a todas las personas, en cualquier fase del ciclo de la vida en el que se encuentren, niños, jóvenes, adultos, deportistas, mujeres embarazadas y adultos mayores.

Posee beneficios para el corazón, es hidratante, es remineralizante ya que ayuda a la regulación de la tonicidad de los músculos, es energético, lo que lo hace ideal para días de calor o de mucha actividad física, también se puede añadir coco a los batidos para aumentar su poder energético.

Entre muchos otros beneficios, también sirve para aliviar vómitos, gases y problemas urinarios, limpia el riñón y es muy bueno para la higiene interna del cuerpo.

Se pueden preparar un sinfín de recetas usando el coco, desde el dulce de coco, el helado, la espuma de coco, la crema de calabaza y coco, el arroz con coco caribeño, el bizcocho de zanahoria y coco.

Autor: Eulimar Santos

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